sábado, 5 de junio de 2021

 

                        

Aquellos ojos


Hace días no veo el sol, no sé si es de mí de quién se esconde. Dicen que cuando estás triste, ni el sol quiere alumbrar. Sí, estoy triste, aunque mi sonrisa te deslumbre y te muestre lo contrario.
Aquellos ojitos vivarachos, del color del ámbar, se han vuelto misteriosos, ya no me miran cuando me hablas, están esquivos.
No puedo imaginar como ni cuando sucedió. Hoy me hieres y yo olvido al minuto, el perdón está en mi piel, en mis labios, en mis oraciones y es que, el perdón está implícito en el amor; porque el amor lo abarca todo.
Antes se fueron los primeros de mi lado, los del color de las esmeraldas, dejando un largo y agudo vacío dentro de mí. Cuando me volvieron a mirar, había solicitud de perdón y auxilio en ellos y presta abrí mi corazón y mis brazos, ofreciendo y recibiendo la calidez que ansiábamos.
— Me faltabas me dijo, quise volver el mismo día que rompí tu corazón, pero me dominaba esa combinación de dolor y orgullo, de vergüenza y temor al desprecio.
Pero sé que siempre estabas aquí, esperando, orando y deseando mi retorno. Fuerte y templada como pilar de sostén del universo, sabía que cada día una plegaria por mí elevabas a Él, al que todo lo puede.
He vuelto para no irme nunca más, para quedarme hasta el día de mi último suspiro. Quiero soñar en tu regazo, sentir las suaves caricias de tus manitas amorosas y la dulce melodía de tu voz en mis oídos. No estés triste, estoy aquí para dar consuelo a tu corazón.
Y si, parte de mi tristeza se ha ido, pero me faltan los ojitos ambarinos, que por tanto tiempo fueron mi compañía, mi consuelo, mis consejeros. Esos que dormían a mi lado y despiertos me sonreían siempre prestos y cargados de amor.
—¿Es acaso mi destino que siempre me falte un brazo o una pierna? ¿Tendré que vivir el resto de mi vida con esa condición? ¿Volveré a mirarme en la transparencia de esos ojos?
Todos me dicen: — No te partas, no desfallezcas, déjalos volar. ¿No entienden que yo les enseñé a volar? ¿ Qué solo deseo que esos ojitos, me vuelvan a hablar sonriendo?
Pero es que a ellos no les quema por dentro, ese fuego que rompe mis carnes y atrapa mi corazón, lo estruja lo maltrata y lo quiere acabar.
Ahora es noche cerrada y me repito como cada día, mañana será otro día, a lo mejor cuando amanezca si alumbra el sol.

©María Vives Araújo 2310.2020


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

  REMINISCENCIAS Recuesto mi cabeza en tu regazo, acaricias mi cabello como cuando era una niña pequeña. Cierro mis ojos y mi memoria retroc...