lunes, 25 de abril de 2022

Anuncios desesperados

 

Anuncios desesperados

Ariana acababa de enviudar, pero ya con cuarenta y cinco años, veía difícil alcanzar el sueño que siempre tuvo, ser madre.
Le había dolido la muerte de Rodolfo, ¿cómo no? Se casaron cuando ella tenía veinte años, pero fueron novios desde siempre. Nacieron en casas aledañas y sus madres eran buenas amigas.
No es que no hubiese querido a su marido, pero era un cabeciduro. Nunca quiso que quedara embarazada. Para él había mucha vida para eso. Primero la jarana, los viajes, cualquier pretexto era un motivo para evitar descendencia.
Ahora ella era viuda y libre, pero vieja. Sin embargo, no cejaría hasta conseguir su propósito.

No había pasado un mes de su viudez, cuando se le ocurrió insertar un aviso en un portal para búsqueda de pareja, en internet.
„Hermosa viuda madura, busca semental. Quiero un hombre joven, fuerte, con fines matrimoniales“.
Debajo, en letra muy pequeña, se leía: „Si está sin documentos, le ofrezco legalizar su estancia, además buena remuneración“.
De casi cien aspirantes, escogió a un chico de veinticuatro años, estudiante. Pedro era un peruano, con aspiraciones de convertirse en residente.

Lo intentaron cada día, mañana, tarde y noche, durante tres largos meses. Sin embargo, Ariana no lograba el tan ansiado embarazo.
Aquella noche, cuando entró a la habitación, Pedro se había quedado dormido, estaba exhausto. Entre Ariana, que lo trataba como una máquina y los exámenes semestrales, estaba acabado.

Su mujer no se tomó el trabajo de despertarlo. Se fue hasta el cuarto que fungía como estudio, encendió el computador e insertó un nuevo anuncio.
„Parejita muy ardiente y juguetona, desea encontrar, pareja masculina para triángulo de amor.
Garantizamos reserva y residencia permanente en el país, con miras a la ciudadanía.“

Volvieron a llegar infinidad de interesados. Revisó y volvió a revisar y barajó, eligiendo a Badrick, un moreno jamaiquino.

Esta vez igual que la anterior, pasaron dos meses y nada parecía ir bien, a pesar de tanto „piernimaniculitanteo“. Ariana tenía dos amantes que no descansaban, sin embargo, no se producía ningún milagro.

Al comienzo de la siguiente semana, había en el portal otro aviso. „ Se busca chico sexy, para cuarteto“.
Aplicaron, guitarristas, tamboreros, violinistas, en fin, si ella hubiese querido, habría podido organizar una orquesta y a lo mejor se hacía famosa y millonaria. Ella tenía otras prioridades. La mujer se decantó por un saxofonista, africano, de cuarenta y cinco años, con un instrumento grande, ahora era cuestión de esperar.
Después del segundo mes, con náuseas y síntomas extraños, Ariana, se realizó un test de ingravidez, que arrojó un resultado positivo.
En este punto cabe agregar, que la patrona, dormía y mantenía extensas sesiones de sexo con los tres hombres.
Ahora habría que esperar, el nacimiento del bebé, para determinar quién se convertiría en el nuevo ciudadano alemán, marido de Ariana y padre de un hijo con historia.
Los tres hombres estaban intrigados y anonadados cuando en vez de uno fueron tres los hermosos hijos, que nacieron como resultado de esta extraña relación.

Hacían bromas entre ellos, Doña Ariana y sus tres maridos, se decían entre sí, riendo a carcajada limpia. Nos tendrá que dejar a todos bajo su techo, así seremos un padre por hijo.
Finalmente, llegaron los resultados de las pruebas de ADN. Todos esperaban con una sonrisa de oreja a oreja, todos repetían con orgullo:

— Soy el padre más afortunado y con la mejor puntería. —Sonaba como propaganda de pañales o productos de bebés.

Ninguno de los tres resultó ser el padre de los trillizos. Fue entonces cuando Ariana confesó su desliz con el párroco de la comunidad.

©María Vives.
Imagen de la Red.

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